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El pasado 20 de abril, Leo Caprile, un conocido animador de radio y televisión nacional, sufrió “síntomas anormales y sospechosos” que lo obligaron a asistir a un recinto asistencial. Fue ahí cuando se le diagnosticó un infarto cerebral y en donde recibió una atención inmediata.

Caprile relató el hecho a través de una publicación en su cuenta de Instagram, en donde cuenta con más de 50 mil seguidores, y resaltó que “la prontitud de la atención evitó daños en su organismo”. Lo anterior, sin lugar a dudas, fue clave para que su estado de salud no se complicara.

“El tiempo es cerebro”

“El tiempo es cerebro”. Esa afirmación corresponde a Pedro Chaná, médico cirujano especialista en neurología  y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile (Usach). Y con ella, resalta que la rapidez en la atención en los casos catalogados como infartos cerebrales es clave.

“Si una persona tiene síntomas neurológicos, debe asistir de inmediato a una urgencia para que no haya retardo en la espera”. Incluso existe un protocolo “azul” que agiliza el proceso”, indica.

En términos fisiológicos, cuando se produce un ACV se debe a una arteria que se tapa y que, por lo mismo, no logra irrigar sangre al cerebro. “Las neuronas son muy demandantes de nutrientes, de oxígeno, y si no obtienen esos insumos solo viven unas horas antes de morir definitivamente. Por ejemplo, si ya pasaron seis horas desde el incidente, la recuperabilidad de las personas es bastante menor y se produce daño. Y la magnitud va a depender del tamaño de la arteria dañada”.

Chaná explica que, en un primer momento, los médicos no saben hasta dónde pueden llegar las consecuencias, por lo que reafirma, la importancia de la atención oportuna. “Si la arteria que se tapa es muy grande, eso genera más síntomas desde un primer momento. Y si la persona va a un recinto asistencial de manera inmediata efectivamente, entran en el rango de los pacientes que pueden ser tratados”. Eso sí, indica que no todas las situaciones pueden ser solucionadas “y eso es algo que la gente deber entender”, explica.

Para los primeros casos, el académico de la Usach destaca la aplicación de un tratamiento llamado trombólisis (también llamada terapia fibrinolítica), que se aplica en varios recintos del país (privados y públicos), y que consiste en la descomposición de coágulos sanguíneos formados en los vasos a través de medicamentos. “En la práctica, es un método inclusivo para tratar de beneficiar a la mayor cantidad de gente”.

¿Cuáles son los síntomas de los ACV?

El facultativo explica que los accidentes cerebrovasculares (o infartos cerebrales si se prefiere) se producen cuando el sistema nervioso central no está funcionando de manera normal. “Que una persona no vea, que tenga problemas para hablar, trastornos de lenguaje de cualquier naturaleza, que tenga falta de fuerza en el lado de un cuerpo, alteraciones en su sensibilidad, desorientación o que se produzcan trastornos motores”, son indicativos. Con esto, explica, que este tipo de afectación va más allá de un dolor de cabeza fuerte y que se centran en un “daño focal neurológico”.

En lo que respecta al por qué se produce un ACV, existen distintas causas y, también, factores de riesgo. Aquí, por ejemplo se da el factor de que a mayor edad de las personas, aumenta la posibilidad de sufrir un infarto cerebral, independiente de que el paciente lleve un “estilo de vida sano”. “Podría pasar durante el proceso de envejecimiento normal de los humanos”, sostiene el neurólogo Chaná.

Y entre los factores que podrían precipitar este tipo de cuadro médico están el colesterol alto, el consumo de alcohol, el aumento de la glicemia en el contexto de la diabetes, el sobrepeso, el consumo de cigarrillos y la hipertensión arterial. Es decir, los clásicos factores que afectan a la salud de las personas.

En síntesis, si alguna persona presenta los síntomas que describe el doctor Chaná, lo fundamental es asistir a un centro médico de manera inmediata, tal como lo hizo Leo Caprile.